sensaciones vividas en 15 segundos

Esto solo pocos lo entenderán y me darán la razón.
Llega el viernes y se te opacan los pensamientos desenfrenadamente no podes pensar en otra cosa q ir a probarte vos y tu auto en una recta de 402 mtrs. Y con el verdugo del cronometro.
Rogando q no te juegue una mala pasada el factor climático, el tan temeroso semáforo o algún desperfecto eventual.
Llegas camino por la general paz q se te hace interminable por mas rápido q vallas, una ves ahí luego de realizar los tramites de rutina te empieza a correr una ansiedad q invade todo tu ser, hasta q llegas a la pista y ves a tus amigos q te aconsejan revisas todo q este bien y esperas a formar la fila de la largada, especulando quien seria tu rival y sacando hipótesis de como será la tirada.
Si inevitable a medida q te posicionas en pista comienza el sudor frió, temores q uno no puede escapar, se agudiza la vista, el corazón te explota el casco te sofoca y el motor suena buscando en grito de pelea ante tu rival.
Todo se ve en cámara lenta y parece una eternidad como si alguien frenara el tiempo, pero no violentamente cambia de rojo a verde pasando por el amarillo a gran velocidad.
Los autos salen en su plenitud de potencia tratando de agarrarse lo más posible al asfalto mientras los dígitos del reloj se disparan a gran velocidad.
no hay tiempo de titubeos todo debe ser preciso los cambios justos a las revoluciones máximas, en esos 15 segundos estas solo vos y tu auto y calculas en tu mente el maldito reloj, quedar detrás del tiempo fijado por la categoría y no detrás de tu rival antes del juicio que emite el sensor de llegada.
Pero esto no acaba, falta esperar el resultado y la vuelta por detrás de los boxes sacando conclusiones del desempeño logrado, esperando los festejos de tus amigos y avanzando hasta la final en busca del premio simbólico la copa que marca la distinción de ser el mejor, que hiciste las cosas bien, la valoración de tu esfuerzo y la pasión que derrochaste tuvo su fruto y perdurara a través de los años.